Introducción

En 1999 un grupo de estudiantes, durante una excursión, activó accidentalmente un dispositivo que les envió a un periplo por el espacio-tiempo. Tras diversas aventuras consiguieron regresar, pero se les olvidó algo por el camino...

Fernando, el miembro más cansino y brasas del grupo, fue abandonado en la Edad Media, donde el rey Arturo Fernández le confundió con su hijo perdido.

Al darse cuenta de lo cenizo que era, el rey decidió criogenizarlo. Con esto, el continuo espacio-tiempo se fue a hacer gárgaras y nuestro presente fue cambiado para siempre.

El Profesorado, un imperio extraterrestre cuyo método de conquista consiste en aborregar a las masas dominando su sistema educativo, aprovecha la coyuntura.

Despertaron a Fernando de su sueño y usaron su condición de heredero del rey Arturo para así convertirlo en el gobernante supremo de todo el planeta Tierra. La era de Fernando LXIX había comenzado. Y su primera medida fue declarar la misógina Ley No Más Mujeres, que Fernando instauró en un ataque de rabia al ser rechazado por todas las chicas a las que se acercaba.

Cuando los viajeros por el tiempo regresaron y se encontraron el entuerto, no se dejaron amilanar. Se unieron a la Resistencia y en la cruenta batalla del Retiro se enfrentaron a las huestes de su antaño bufón particular. Ni que decir tiene que casi la diñan todos.

Finalmente, en medio de la debacle se impuso la razón: el nuevo Emperador forzó una tregua con la Resistencia y cedió a algunas de sus concesiones (entre ellas levantar la prohibición que había impuesto contra las féminas en su Imperio).

Todo parecía en calma hasta que... bueno, hasta que me dijeron que parase de escribir por no incurrir en spoilers. Y esa era la historia hasta ahora...

¡Y continúa AQUÍ!